¡Oh gloriosísimo
Apóstol San Judas Tadeo! Siervo fiel y amigo de Jesús.
El nombre del traidor
que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos, ha sido la causa de
que muchos te hayan olvidado, pero la iglesia te honra e invoca universalmente
como patrón de los casos difíciles y desesperados.
Ruega por mí que
soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a tí
concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza y fe. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo,
glorioso San Judas Tadeo, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejar de
honrarte como a mi especial y poderoso protector, además de hacer todo lo que
pueda para fomentar tu devoción.
Amén.
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